miércoles, 1 de octubre de 2014

La invasion de Bujaruelo. Cuando las tropas de Hitler entraron en España

Bujaruelo actualmente
 
En 2002, el “Heraldo de Aragón” sacó a la luz a raíz de una investigación sobre la gente que huyo por los Pirineos a España, de los nazis. Entre 1942 y 1944 se detuvieron por ello 300 personas y se llevaron a Miranda de Ebro. Pero lo más impactante fue que encontraron un documento oficial que revela que en junio de 1943 Bujaruelo ( n el Parque de Ordesa) fue ocupado momentáneamente por tropas alemanas. El lugar exacto fue el paraje entre Torla y el Balneario de Panticosa. El documento estuvo oculto durante el franquismo. El encuentro fue entre la Guardia Civil y la Wehrmacht, pero no hubo problemas e incluso al final ambos se tomaron unos cafés. Los alemanes eran de la Brigada de Montaña “Baviera”, que estaban en el lado francés del Pirineo aragonés desde noviembre de 1942, con la ocupación de la Francia de Vichy. Entraron en España porque perseguían a 2 miembros de la resistencia, los 2 franceses iban guiados por Miguel Pintado, que llevaba a gente de la resistencia a zona española y el mismo era miembro de ésta. Se le llamaba el “cartero de Bujaruelo”, pues llevaba cartas al cónsul francés, Robert Lamit, que colaboraba con ellos era gaullista. Pero ese día, la frontera no les sirvió, se refugiaron en Torla, mientras los alemanes los perseguían y registraron registraron las casas de Bujaruelo. La actitud fue siempre correcta, pero los 6 guardias civiles que había no evitaron la entrada de los alemanes. En el lugar había pocas casas y hoy solo sobreviven un mesón del siglo XII los restos de una iglesia. Como curiosidad cabe destacar que hubo tropas alemanas legalmente en la estación de Canfranc pues una parte era de España y otra de España, pese a estar en Aragón. También se sabe que cerca del puesto del Portale, en el hotel “Baresse” se alojaban los alemanes. Allí fueron detenidos por la X Brigada de la resistencia, 50 soldados, pues estaban en zona francesa. 
Es interesante la historia de Pintado, cuyo mesónera regentado por su familia desde 1928. Lo que le vino bien para cruzar la frontera. Miguel Pintado, un muchacho que ayudaba en casa como pastor de un rebaño de vacas, pasaba la frontera con el ganado a los pastos franceses sin problemas por el tratado de la Passerie, que permitía a los ganaderos cruzar a Francia desde finales de Julio a principios de Noviembre. En estas "visitas" al país vecino solía encontrarse con sus compañeros de la escuela de Gèdre donde aprendió a leer y escribir.
Con casi 16 años Miguel en plena guerra civil estuvo reclutado por el ejercito republicano en la periferia del "túnel del Cotefablo" cavando trincheras. Un día se enteró que los milicianos entraron en su pueblo y acabaron con la vida del párroco, una persona a la que Miguel tenia mucho aprecio.
Después de conocer esta mala noticia se "pasó" al bando nacional luchado en los frentes de Teruel y Castellón. Una vez finalizada la guerra estuvo tres años en Cadiz, en un campo de prisioneros como vigilante.

Al final de 1942 regresa al pueblo, en el momento que la totalidad de Francia estaba en poder del ejercito alemán. Siguió con su vida normal, frecuentemente pasaba a Francia con el rebaño, un día de estos cruces de frontera, tuvo un encuentro con viejos compañeros de Gèdre, los cuales le solicitaron su ayuda. Se le pidió que fuera el "cartero" de la Resistencia, consistente en enviar informes secretos. Esta amistad adquirida en sus tiempos de estudiante fue su razón, más que la política.
En un principio se acercaba a Gavarnie a por el correo y otras veces hacia de guía a oficiales franceses hasta el pueblo de Sabiñánigo. Estas acciones estaba en conocimiento de los carabineros del puesto de Bujaruelo, en alguna ocasión vieron como se escondían miembros de la resistencia francesa en el mesón o en las cuevas de los alrededores. Las cartas las entregaba  en Torla o Sabiñánigo para evitar sospechas, en este ultima localidad mantenía contactos con Robert Lamit, cónsul francés y director de la empresa de aluminios Pechiney. Colaborador junto con Albert Le Lay (jefe de la aduana francesa en la estación de Canfranc) del espionaje aliado en Aragón. Un hecho destacado por parte de Lamit, ocurrido el 23 de septiembre de 1943, fue el envío de un coche a Canfranc para salvar a su amigo y cooperador Le Lay del arresto y posible ejecución por parte de la Gestapo que sospechaba de él. Inició la ruta de escape en España por Zaragoza, Madrid y finalmente a Sevilla, dado el paso de continente desde Gibraltar a Argelia.

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