sábado, 28 de febrero de 2015

Muere el mejor ministro de Trabajo de la Historia de España. Licinio de la Fuente

Licinio de la Fuente (1970).jpgAyer me enteré del triste fallecimiento de Licinio de la Fuente, aunque tuve el placer de conocerle en vida, es una lástima. Pues es otra de las figuras denostadas, por ser del franquismo. Pero pocos se han detenido en analizar su participación política y sobre todo sus logros, en primer lugar hizo enormes cosas para su provincia Toledo. Pero en sus casi 6 años de ministro de Trabajo, puso la Seguridad Social a la altura de los mejore países de Europa y posiblemente de la que se sentirá siempre a gusto esté done esté, será la creación del Centro de Parapléjicos de Toledo, que ha hecho auténticos milagros con personas que en otros lugares no hubieran podido andar en su vida. Franco siempre tuvo confianza en él y la prueba es que durante su mandato estuvo el paró siempre por debajo del 4%. Se formó en la Complutense, en una humilde familia de agricultores, quizás por ello era un hombre cercano que vivía la realidad. Nació en 1923 y es curioso que en la Guerra Civil, al estar en zona republicana fue uno de los niños seleccionados por sus buenas notas, para llegado el caso ser evacuados a la URSS. Estudió Derecho y ganó una oposición a la Abogacía del Estado. Siempre fue un patriota pero hasta los años 50, no se afilió a Falange con interés político. Se convertiría en Gobernador Civil de Toledo, consiguiendo modernizaciones y que Toledo se beneficiaria ampliamente del desarrollismo, por otro lado preservó su historia y mantuvo el encanto que aún hoy hay que admirar en dicha ciudad.  De 1969 a 1975 fue ministro de Trabajo. La lástima es que si no se le hubiera cesado, posiblemente el paro se hubiera controlado mejor en la transición. Llegó a ser vicepresidente de España, en el gobierno de Arias Navarro, pero dejó al cargo al ser Licinio más aperturista y estar a favor de la huelga siempre que esta fuera justificable o se cometieran injusticas laborales. Después creó un partido que se adhería Alianza Popular. Licinio estaba a favor del cambio, pero se cree que con la legalización del partido comunista, pero peor aún por las concesiones autonómicas y a las izquierdas en algunos sectores que antes habían funcionado bien, como la universidad. Endureció sus ideas y el culmen fue cuando vio el proyecto de constitución, así lo reconoció en sus últimos años en algunas entrevistas como en e medio Alerta Digital. Pese a lo que muchos dicen, su participación en la Constitución de 1978 fue casi nula, pues viendo lo que se proponía en organización territorial y autonomías supongo que se le pusieron los pelos de punta y dejó Alianza Popular. Desde 1979 se dedicó a los negocios como consejero en distintas empresas y lo hizo bien, pese a que era aperturista en muchos aspectos no renegó de su pasado y tuvo una buena opinión de Franco y sus obras que fueron beneficiosas a España. En fin, descanse en paz uno de los mejores ministros de trabajo de loas últimos 2 siglos.
 
A continuación dejó las noticias que han publicado sobre él, diversos medios. Hay que destacar una de ABC, 5 días antes de su muerte donde se decía que necesitaba un sincero reconocimiento a su obra. Al parecer afortunadamente la mayoría de sus paisanos toledanos si le dio ese reconocimiento hasta hoy. También son un adelantó de lo que se vendría en paro a España, unas declaraciones suyas en 1982 que recoge "El País".

 
Palabras dedicadas el 28 de febrero

 
JOSÉ A. DE BURGOS DE VICTORIANO
Ha fallecido Licinio de la Fuente, un gran hombre, un gran político, y sobre todo una persona comprometida con España y con su provincia, Toledo. Si alguien dio a Toledo algo, ese fue Licinio. Creó hospitales, guarderías, colegios. Pero con él se ha visto cómo el ser humano paga los servicios, que no favores. Se ha borrado su nombre a las instituciones que creó y se le ha echado en el saco del olvido.
Algunos nos seguimos acordando de él y en este momento elevamos al cielo nuestra plegaria. Gracias, Licinio. Gracias de Corazón.
 
 
 

'Valió la pena'

F. J. R. - sábado, 28 de febrero de 2015
 Licinio de la Fuente (1923-2015). Ministro de Trabajo durante el Franquismo y uno de los "padres" de la Constitución, falleció el jueves a los 91 años

‘Valió la pena’. Así bautizó el toledano Licinio de la Fuente su libro de memorias. Un total de 310 páginas en las que trata de justificar la elección del título y que repasan las decisiones de un hombre forjado así mismo en dos etapas de la historia de España muy diferentes, el Franquismo y la Transición, en las que tuvo mucho protagonismo.
Oriundo de Noez (7 agosto de 1923), nació en el seno de una humilde familia de agricultores desde la que se alzó hasta completar mediante becas la carrera de Derecho y, de allí, a convertirse en abogado del Estado. Afiliado a Falange, su valía intelectual y política le sirvió para promocionar por los más altos cargos a los que un civil podía aspirar en el Gobierno de Franco: gobernador, director general y, finalmente, ministro; de Trabajo, concretamente.
Una carrera que remataría con una breve vicepresidencia del Gobierno, de 1974 a 1975, de la que dimitió por discrepancias con su presidente, Arias Navarro, derivadas de la aprobación de una ley de huelga que mermaba los derechos de los trabajadores.
Y es que, a pesar de estar encasillado por su pasado y militancia, Licinio de la Fuente trató siempre de cumplir con su trabajo independientemente del signo político.
De ahí también deriva la justificación del ‘Valió la pena’, puesto que las últimas 60 páginas de sus memorias las emplea para referirse a su participación en las acciones políticas acaecidas tras la muerte de Franco y que conllevaron la transición hacia un gobierno democrático.
Fueron muchas las voces que le acusaron de dinamitar el régimen para el que había trabajado, pero Licinio, alejado de toda polémica, se decantó por opción que pensaba más justa.
«Teníamos tal deseo de superar las discusiones que eso contribuyó a que los políticos lo hiciéramos lo mejor posible», afirmó Licinio en las páginas de La Tribuna en una entrevista publicada el 6 de diciembre de 2004. «Ahora se vive tan bien que la gente no valora lo que son realmente los enfrentamientos, así que, sin quererlo, se meten en ellos», razonaba en esas mismas páginas sobre todos los procesos constitucionales de los últimos años. Unos cambios que le dolían como ‘padre’ de la Carta Magna, toda vez que fue parlamentario por Alianza Popular (AP) durante la Legislatura Constituyente.
«Fue una época realmente emocionante para todos nosotros, llena de dudas y dificultades», decía Licinio, para apuntillar orgulloso que «conseguimos entre todos que reinara en España un espíritu de concordia». Quizás por eso, no encontró un título mejor para enmarcar su vida: Valió la pena.
Con todo, sus últimos años los pasó con una orden de detención internacional pesando sobre sus ancianos hombros. El 31 de octubre del 2014, la jueza argentina María de Servini, instructora de la causa penal contra el Franquismo iniciada por la Asociación Pro Derechos Humanos de España, y basándose en el Principio de justicia universal, envía una orden de detención internacional contra Licinio de la Fuente y otros dieciocho dirigentes de la dictadura franquista, solicitando su extradición con el objetivo de interrogarles. La magistrada imputaba a Licinio de la Fuente «el haber convalidado con su firma la sentencia de muerte de Salvador Puig Antich», ejecutado a garrote vil el 2 de marzo de 1974.
Nunca llegó a producirse su extradición a pesar de los requerimientos de la Interpol. El pasado 3 de febrero, el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco archivaba  la petición alegando que las asociaciones no tienen legitimación para solicitar la extradición.
Días más tarde, concretamente este pasado jueves 26 de febrero, Licinio de la Fuente fallecía al mediodía a los 91 años.
En su haber, al margen de las consideraciones ideológicas, toda una vía entregada a la política y un recuerdo muy vivo y presente en la ciudad de Toledo, el Hospital Nacional de Parapléjicos.
Cuarenta y un años después de su construcción, el único centro especializado en lesiones medulares de España se mantiene como el legado vivo de este toledano que no se olvidó de su tierra y, ante otras candidaturas como la de Segovia o Ávila, luchó para conseguir que una importante infraestructura sanitaria se asentara en Toledo.
El empuje de Licinio, sumado a lo económicos que salieron los terrenos en una zona muy lejana al crecimiento urbanístico de la ciudad en aquellos años, hicieron el resto para dejar una gran huella. Valió la pena.
 
 
 
 
Día 26/02/2015 - 18.13h

Tras abandonar la política activa en 1979, estuvo en el consejo de administración de empresas de primera magnitud como Dragados y se volcó en la atención a los mayores en la ONG del Padre Ángel

archivo histórico abc
Licinio de la Fuente, en una imagen de archivo en los toros
El que fuera ministro de Trabajo durante el régimen de Francisco Franco, Licinio de la Fuente, ha muerto este mediodía de jueves 26 de febrero a los 91 años en Madrid. Nacido en el seno de una humilde familia de agricultores radicada en la localidad toledana de Noez un 7 de agosto de 1923, fue un destacado político y empresario que formó parte de la FET y de las JONS, para afiliarse después en Democracia Social y Alianza Popular.
Estudió Derecho en la Universidad Complutense de Madrid y ejerció como abogado del Estado, antes de ser nombrado gobernador civil y jefe provincial en Cáceres. Fue ministro de Trabajo entre los años 1969 y 1975, y se volcó en la ampliación de la cobertura de la Seguridad Social como gran objetivo de su cartera.
Se dio la circunstancia de que De la Fuente llegó a ser vicepresidente del Gobierno español, concretamente en un periodo corto de tiempo entre los años 1974 y 1975, cuando asumió esta función a las órdenes del presidente Carlos Arias Navarro, aunque acabó cesando de sus obligaciones tras un importante desencuentro con el jefe de gobierno al considerar que la ley de huelga aprobada por su gabinete mermaba algunos derechos de los trabajadores.
Elegido diputado en las primeras elecciones de la transición, abandonó la política activa de forma definitiva en 1979, no sin antes fundar, en 1976, una vez aprobada la Ley de Reforma Política el partido Democracia Social, que se integró con otros seis en la coalición Alianza Popular (AP), denominada por la prensa «Los siete magníficos», la cual acabó transformándose en un partido único, bajo el liderazgo de Manuel Fraga Iribarne.
Con los años, el partido que Licinio de la Fuente confundó, Alianza Popular, se fusionó con otra facciones, como el Partido Demócrata Popular (PDP) y el Partido Liberal (PL), y se alumbró el actual Partido Popular.
Muere Licinio de la Fuente, ministro de Trabajo y confundador de Alianza Popular
Don Licinio de la Fuente, en un momento de la entrevista concedida a ABC con el redactor de ABC Herminio Pérez Fernández
archivo histórico abc

Después de su travesía política activa, fue miembro del Consejo de Administración de siete empresas, como el Banco Gallego, el Banco Internacional de Comercio, del Banco de Granada, del Banco Central Hispano Hipotecario, de Española de Zinc, y de Dragados, en cuyo seno permaneció cerca de 20 años. También se vinculó a su «trabajo» inicial en Ibermutua, una empresa dedicada a los accidentes, enfermedades laborales y servicios de prevención de riesgos. Además, también ejerció la labor de comisario de la exposición 100 años de Seguridad Social en España, celebrada en 2000, y se volcó en la atención de los mayores como asesor jurídico de la ONG Mensajeros de la Paz del padre Ángel.
 
 
 
Día 26/02/2015 - 23.26h

Natural de Noez e hijo de agricultores, fue cofundador de Alianza Popular

p.f.
Licinio de la Fuente, en el centro, flanqueado por Ángel Palomino y Luis Moreno Nieto en 1998
Este jueves, 26 de febrero, ha fallecido en Madrid a los 91 años de edad el toledano Licinio de la Fuente, natural de Noez y que fue ministro de Trabajo durante la dictadura de Francisco Franco. En 1974 y solo durante un año, asumió las funciones de vicepresidente del Gobierno, siendo presidente Arias Navarro. Hijo de agricultores, fue una persona apreciada en su pueblo por su buen carácter.
Falangista de sensibilidad social, Licinio de la Fuente formó parte del sector moderado de los llamados «azules». Abogado del Estado de profesión, fue consejero de varias empresas privadas tras abandonar la política, como Dragados, Vitalicio, etc, la mayor parte vinculadas al Banco Central que presidía Alfonso Escamez.
Formó parte del grupo de exministros llamado «Los siete magníficos», que constituyeron el partido Alianza Popular, germen del PP.
Muy conocido en Toledo, en 1975, dio la bievenida a los entonces Príncipes de Asturias, Don Juan Carlos y Doña Sofía, cuando inauguraron en Toledo el Hospital Nacional de Parapléjicos, donde el ministro de Trabajo alabó su sensibilidad por el colectivo de lesionados medulares. La figura de Licinio de la Fuente está estrechamente vinculada a la ciudad de Toledo, donde existe una guardería infantil con su nombre en el barrio de Buenavista.
A finales de los años 40 ingresó por oposición en el cuerpo de abogados del Estado, cantera de altos cargos para los distintos gobiernos del franquismo y la democracia, y en la década de los 50 fue gobernador civil de Cáceres. Ocupó el Ministerio de Trabajo en el décimo cuarto gobierno de Franco.
 
 
 
REHABILITANDO
Día 22/02/2015
Don Licinio de la Fuente y el Hospital Nacional de Parapléjicos
CUARENTA años ha cumplido, cumpliendo, el Hospital Nacional de Parapléjicos y uno, que ha dedicado los cuarenta a su servicio, se siente orgulloso y nostálgico, como creo que todos los compañeros que iniciamos en aquel lejano 1974 nuestra vida profesional en esta institución. Centro Nacional de Parapléjicos se llamó en un principio; los nombres han cambiado pero permanecen los retos, donde no cabe otra senda que la innovación permanente, la investigación y el mejor tratamiento, en las mejores condiciones, para conseguir con plenitud los dos objetivos principales de todo buen profesional de esta casa: la normalización y la inclusión social, cada uno en su área de responsabilidad.
El hospital se ha vestido de solemnidad en su recuerdo, con la presencia de los Reyes de España y de las máximas autoridades sanitarias del país y la región, junto a pacientes, familias y profesionales. No hubo sino luces, como debía ser, pues las sombras se quedan para el bregar del día a día.
Pero hubo una que planeó por la memoria de muchos y, en especial, por la de aquellos pioneros que hicieron historia en este hospital. Historia que mi buen amigo el doctor Mendoza, «protopionero», se fue de este mundo sin conseguir que sus repetidas invitaciones para que este que suscribe elaborase una historia del hospital fuera posible.
Historia que debería comenzar con la semblanza de don Licinio de la Fuente, ese gran toledano (y monteño) quien decidió, siendo ministro de Trabajo, que este hospital se construyera en Toledo y diera cientos de puestos de trabajo y prestigio a la ciudad. Quizá no pudo venir. Quizá no fuera oportuno, protocolario o qué se yo. La autoridad competente sabrá, conocerá y don Licinio comprenderá. Sea como fuere, aquí queda este pequeño recuerdo y agradecimiento sin ningún complejo, hacia quien se merecería alguna memoria en la ciudad, además de la líder indígena guatemalteca doña Rigoberta Menchú Tum, que también tiene sus merecimientos. Unos en el fondo y otros en la forma aceptamos que a don Licinio le debemos algún gesto de gratitud. Pero la Historia no se escribe solo en las placas. «El material de la Historia son los hechos». Demos tiempo al tiempo y también a la investigación de los historiadores.
En fin, al margen de estas reflexiones, enhorabuena a los compañeros del Hospital Nacional de Parapléjicos y animarles a continuar trabajando sin perder el optimismo, con la esperanza en que las cosas mejoren día a día en esa casa, donde muchos hemos trabajado cuatro décadas, con todos los vientos imaginables, y en donde la vida se mueve y renace a diario, gracias a vosotros y al esfuerzo de los pacientes.
 
 
martes, 2 de marzo de 1982

Licinio de la Fuente pide menos parlamentarismo y más eficacia y autoridad

El País 2 MAR 1982

"Hace falta más democracia real y menos partidismo, menos parlamentarismo y más eficacia y autoridad", afirmó ayer Licinio de la Fuente, ex ministro de Trabajo del anterior régimen, en la conferencia que pronunció en el Club Siglo XXI sobre "Cambio social y estabilidad política".El conferenciante afirmó que la política no puede ni debe frenar el cambio, sino encauzarlo, y que la sociedad quiere cambiar, y debe ser cambiada para hacerla más libre, más justa, más solidaria y más pacífica.
Dijo también que el cambio social y la estabilidad política no son incompatibles, siempre que la política acierte a conducir y responder al cambio, y que la estabilidad política es un objetivo nacional que hay que conseguir por la vía del perfeccionamiento y consolidación de la democracia.
El conferenciante analizó críticamente el actual proceso de constitución de las autonomías. Admitió que las demandas de autonomía nacen del deseo de mayor descentralización, agilidad y participación del Estado, y que son exigencias actuales y legítimas, pero afirmó que "los políticos autonomistas las han desnaturalizado, al fundarlas en exigencias del pasado y no de la actualidad y del futuro", y se mostró "en radical disconformidad con la concepción actual de las nacionalidades", porque atacan el concepto de la unidad de la nación española.
Licinio de la Fuente analizó también la situación del trabajo, y resaltó que el actual desempleo nos ha conducido en este terreno a un retroceso de más de quince años, porque de 300.000 parados en 1975 se ha pasado a cerca de 2.000.000 en la actualidad. Las implicaciones económicas y sociales de este fenómeno, dijo, son impresionantes y constituyen tal vez la mayor amenaza a nuestra estabilidad, además de la más sangrante situación social.

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